Timo y Paratiroides

 

 

Paratiroides

Son cuatro pequeños corpúsculos situados detrás del polo superior de la glándula tiroides.

Son reguladoras del metabolismo fosfocálcico. Están situadas en el ángulo que forma el borde posterior del cuerpo tiroides con el esófago.

Las inferiores, en la unión del tercio medio con el tercio inferior del lóbulo posterior del lóbulo tiroides, próximo a la determinación de la arteria tiroides inferior y cerca del nervio recurrente.

Las superiores se colocan en la unión del tercio superior con los dos tercios inferiores del borde posterior del tiroides. Están situadas dentro de la vaina fibroaponeurótica tiroidea, muy poco adherida a ella y fuera de la cápsula tiroidea. Están constituidas por cordones epiteliales, separadas entre sí por tejido conjuntivo y redes de capilares sanguíneos. Los cordones pueden adoptar la forma retícula, o bien lobulillada, más o menos compacta, según la abundancia del tejido conjuntivo intersticial.

Elaboran una hormona llamada Paratohormona. Su disfunción altera los valores del calcio y fósforo en la sangre, pudiendo ocasionar sintomatología importante.

Timo

Se encuentra situada en el mediastino anterior, por detrás del esternón, delante de la tráquea, suele sumergirse en la parte inferior del cuello.

Es un órgano de transición cuya evolución termina a los veinticinco años y queda reducido después a residuos adiposos. Alcanza su completo desarrollo en la pubertad. No desaparece totalmente, siempre hay vestigios de él en el adulto. Es de color rosado en el feto, más o menos gris en el niño, amarillento en el joven y el adulto. Pesa 12 gramos en el recién nacido, de 15 gramos en el niño y de 3 gramos en el adulto.

Se atribuyen a esta glándula funciones eritropoyéticas y leucopoyéticas, a la vez que una función nucleoproteíca.  En ocasiones juega un papel en una enfermedad llamada miastenia gravis, la cual es una enfermedad neuromuscular crónica autoinmune, que produce debilidad de los músculos que son controlados voluntariamente, debilidad que aumenta con la actividad y disminuye con el reposo.

La MG puede afectar a cualquier persona, sin distinción de sexo, edad, raza o condición social. Se la conoce desde 1672 cuando Thomas Willis, un médico inglés, la describe por primera vez.

Los síntomas iniciales son frecuentemente confundidos con estrés, anemia, trastornos emocionales, además de otras enfermedades neuromusculares, lo que dificulta aún más su diagnóstico precoz.

Sus primeros síntomas son

 Visión doble Párpados caídos
 Pérdida de la expresión facial 
 Dificultad para articular palabras

Estos síntomas pueden aparecer y desaparecer, solos o combinados, dificultando un diagnóstico precoz de laMiastenia Gravis (MG).

Esta debilidad puede extenderse a:

 Trastornos para masticar y tragar 
 Debilidad en brazos y piernas (Ej. Falta de fuerza subir una escalera)

Nuestra experiencia nos demuestra que esta debilidad puede llegar, en casos de extrema gravedad, a afectar los músculos respiratorios desencadenando una crisis paralítica.

La consulta con un médico es fundamental porque hemos comprobado que los síntomas de la MG, sin diagnosticar ó mal diagnosticados solo empeoran.

Aún no se ha encontrado cura para la MG pero los avances científicos en la investigación mundial aportan permanentemente tratamientos de avanzada, que logran mejorar notablemente la calidad de vida de todas las personas con MG.